miércoles, 26 de enero de 2011

¿Hasta la victoria siempre? (Elegir)



Quedarse

Aixa tiene veintiún años y la posibilidad de viajar a EEUU cuando quiera. Su hermano se fue para allá hace dieciocho años y ha reclamado a sus otros dos hermanos varones. Aixa se quedó aquí con su madre y vive del mercado negro. De lo que le trae su hermano o lo que compran ellas cuando van a visitarlo a Estados Unidos. No quiere irse de Cuba, “en la Habana estoy bien”.

Tiene más dinero que la media, no vive en una mala casa y puede permitirse la entrada de algunas discotecas (3CUC), algo de beber, tabaco y un almendrón (taxi) para la vuelta después de salir de fiesta. Además, tiene a todos sus amigos aquí y como dice ella, “en EEUU la gente es diferente, no puedes ir a pedirle un poco de azúcar o un poco de arroz al vecino, allí no se conocen”.

Irse

Manuel tiene 12 años y aprendió a nadar en el Malecón. Su padre le tiraba desde las rocas y le iba enseñando. “¿Quieren ver cómo me lanzo de cabeza?”. No le da vergüenza hablar con extranjeros.

Empieza la escuela el 6 de septiembre, dos días antes de su cumpleaños. Pero en agosto, durante sus vacaciones, aprovecha para ir cada día con sus amigos a bañarse al Malecón. También está aprendiendo inglés. Sabe decir good morning y contar hasta four. Su vecina le está enseñando para cuando se vaya a vivir con su abuelo a Estados Unidos, a San Diego. Dice que ya están tramitando el visado y que en unos meses podrá viajar con sus hermanos allá.
 Sus padres se quedarán en La Habana.

¿Dónde está mi bandera cubana
la bandera más bella que existe?
Desde el buque la vi esta mañana
y no he visto una cosa más triste...!

Con la fe de las almas austeras
hoy sostengo con honda energía,
q no deben flotar dos banderas
donde basta con una: ¡la mía!”

[...]

¿No la veis? Mi bandera es aquella
que no ha sido jamás mercenaria,
y en la cual resplandece una estrella,
con más luz cuanto más solitaria.

Del destierro en el alma la traje
entre tantos recuerdos dispersos,
y he sabido rendirle homenaje
al hacerla flotar en mis versos.

Si deshecha en menudos pedazos
llega a ser mi bandera algún día...
¡nuestros muertos alzando los brazos
la sabrán defender todavía!
Mi bandera. Bonifacio Byrne

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